“Existe un fuerza invisible y superior, que está fuera de nuestro control, pero que nos hace vislumbrar un sentir muy especial”
Han pasado varios días que culminó el año 2017, si te pones a pensar, es un año que no se repetirá nunca más, pero que ha sido un año de muchas enseñanzas, muchos movimientos de energía, y sobre todo de transición, en muchos aspectos y niveles, en especial en nosotros mismos, en el propio ser.
La vibración numérica del año 2017 fue el número 1, año de los comienzos, de los orígenes, de los iniciados. Fue un año, en donde el reflejo de nuestras acciones y pensamientos nos situó bien cerca del gran espejo universal.
Pero… el comienzo de qué?
Ó el origen de qué?
Porqué año de los iniciados?
La realidad es que no hay un comienzo u origen, tan sólo es una oportunidad de ver en un determinado espacio tiempo, distintos tipos de situaciones, que acarreamos inconscientemente desde hace tiempo, ya sea desde lo afectivo, lo económico o lo material. Si bien constantemente estamos reviviendo interiormente éstas situaciones, fue el pasado año, cuando el “espejo” estuvo bien cerca, sólo para mostrarnos con claridad las situaciones que nos afectan. He ahí el comienzo, porque con la claridad llega también la mejor elección. Todos pasamos por éste proceso, pero como cada ser es único, cada uno tiene su tiempo de proceso.
El pasado año, fue un tiempo para visualizar todas las situaciones que intranquilizan a nuestro ser, con la clara intención de poder liberar esas situaciones, de poder cortar las viejas ataduras que vienen ciñendo nuestro espíritu. Como también fue un año para afianzar y fortalecer otros aspectos de nuestra vida, ya sea en nuestros objetivos, nuestros sentimientos y nuestro espíritu.
Como sea, el pasado año ha generado distintas vibraciones, no sólo a nivel espiritual, sino también al plano material. En cuanto a nuestro ser, distintos tipos de situaciones, desde relacionarnos con otra persona, pasando por nuestros estados de ánimos y principalmente un sentimiento de encontrarnos con nuestro ser interior.
El año en transcurso, es un año Maestro, su vibración numérica es el número 11, como dato, podemos decir que el pasado año, fue la mayor cantidad de personas que vieron éste número, como si fuera la antesala de los que nos depara éste año.
El año Maestro trae consigo, muchas enseñanzas como así también grandes beneficios. Como el número 11 contiene una energía especial, nos brindará de igual manera una sabiduría especial y una fortaleza para sobrellevar los obstáculos de la mejor manera posible, ya que otorga seguridad a la hora de tomar decisiones sin dejar lugar a dudas, porque una de las características que posee el 11, es el de no rendirse jamás; debido a su energía y maestría, siempre buscará la forma de salir adelante. Por último y para tener en cuenta, otra característica del 11, además de su energía, es la de transmitir “magia” a todo lo que lo rodea, es por ello que éste año, podremos ver muchos acontecimientos “mágicos” (o milagros), no sólo como espectadores, sino siendo protagonistas sintiendo esa “magia”, una magia que se sentirá en nuestro ser, y que nos hará sentir que nos queremos quedar allí. Porque el 11 también representa lo enigmático, lo misterioso y también la invitación a acceder a un conocimiento, que interiormente siempre supimos que estaba, sólo que es tiempo que aflore y comience a fluir desde nuestro interior.